Esta mañana nos trajeron algunas papas White Russet, de la compañía JR Simplot. Estas papas son genéticamente modificadas, pero no transgénicas, es decir, que han sido modificadas, cambiando su ADN existente, no se han añadido más genes, ya sea de otras papas o de otras especies. A esta papa se le han eliminado algunos genes, para evitar el oscurecimiento. Cuando estas patatas son cortadas, permanecen en su color original. Son menos sensibles a las magulladuras, por lo que la papa aún está apta para ser comida o procesada, ya que el oscurecimiento después de la cosecha y el transporte es una enorme fuente de desperdicio de comida. Con estas papas no hay necesidad de agregar sulfitos para evitar que se oxiden, así que hay menos riesgo de reacciones adversas con las personas que son sensibles a los sulfitos. Y también tienen menos acrilamida, una sustancia que es de origen natural en las papas y puede estar vinculada a ciertos tipos de cáncer.
En teoría los cambios hechos a estos papas puede obtenerse en la naturaleza, pero llevaría un tiempo ridículamente largo.
Las freí y las comí, y eran bastante normales, excepto por el hecho que era más fácil freírlas, ya que no parecían ponerse marrones con tanta facilidad al freírlas. Estoy muy feliz de haber tenido acceso a estas papas y muy agradecido a Simplot por regalarnos este producto. Mañana cocinaremos algunas papas y las daremos a la gente para que las prueben.
Estoy muy emocionado por el potencial de esta tecnología para disminuir el desperdicio de comida y mejorar lo que comemos.
Ahora esperamos nuestro aguacate que no se oxide.
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